19 de abril de 2020

Free as a Bird

Mucho se habla en estos días de la vulneración de nuestras libertades. Y lo cierto es que dicho encadenamiento va más allá de la restricción de nuestros movimientos en un espacio de confinamiento. Desinformación por parte de las corporaciones, adoctrinamiento ideológico, venta de nuestra privacidad digital a compañías de medio mundo, bombardeo comercial a través de los medios y dependencia tecnológica son solo algunas de las nuevas formas de esclavitud en una fluctuante realidad que se nos escapa de las manos.

Y es en esta prisión del siglo XXI donde muchos son los que se jactan con alevosía de libertad de expresión por decir lo que les da la real de la gana, donde y cuando les place. Pero pocos son los que advierten que gozar de libre expresión no legitima para creerse libre de pensamiento. La mayoría nacen, viven y mueren confinados por una educación sectaria, presiones, responsabilidades y opiniones ajenas. Que la actual debacle no deje títere sin cabeza es algo más que evidente, pero también pudiera ser el naufragio del sistema la oportunidad a la que agarrarse para allanar el camino a una nueva realidad en la que volemos libres como pájaros.


Palabra de Apache

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